Hola, espero que estés muy bien, hoy te voy a contar sobre mi nuevo taller de dibujo, no sé si te acordás, pero he ido a cursos en el pasado, tuve buenas y malas experiencias, ahora decidí retomarlo, pero esta vez es un taller gratuito y no voy sola, voy con Sopi, mi amiga.
Ella misma me lo sugirió, me anoté en una página de internet y al cabo de dos semanas, fui al lugar.
El lugar queda un poco lejos de mi casa, pero llego fácilmente en tren y caminando un poco, es bastante tranquilo, van señoras grandes y algunas chicas jóvenes. Hubo una excepción, un chico.
La primera vez que fui, Sopi no estaba, se había ido de vacaciones, fueron dos chicas y llego más tarde, aquel sujeto. Se sentó a mi derecha, una de las chicas estaba a mi izquierda. La profesora estaba dando unas indicaciones a unas personas que llegaron a un horario equivocado, mientras tanto, el chico dejó mostrar uno de sus dibujos, una señora chusma lo vio y le dijo "¿A ver?", automáticamente el chabón sacó un farrrrdo de hojas con dibujos suyos, todas las señoras mirando y llenándolo de preguntas.
Honestamente el flaco dibujaba zarpado, pero su acción me hizo interpretar que buscaba la aprobación con su talento, por lo tanto, me mantuve concentrada en mi celular. Luego, la chica de mi izquierda saca uno con la idea de mostrarle a la profesora su estilo de dibujo, el chico la ve y le deja el montón de dibujos, no en frente suyo, sino encima de mi cuaderno. Obviamente esto se trataba de una invitación para que también comentara y hablara de sus dibujos, pero me retracté, no era envidia, sino, desconfianza.
Pasaron casi toda la hora hablando, hasta que en un momento me pidió disculpas por dejar sus dibujos, le dije que no se preocupara, preguntó por mi nombre casi tres veces, me confundió por Pamela, Delfina, no recuerdo qué otros más, no es tan difícil de escuchar el nombre de Salomé, me terminó diciendo Salome, sin tilde.
Bueno, he ido a las clases sin saber qué dibujar, la profesora no nos daba algo qué aprender ya que este era el taller más avanzado, por lo que todos deberíamos saber bien qué hacer. He ido a clases con ideas muy vagas, pero ya decidí qué hacer, te lo diré al final del post.
Bueno, resulta que me ausenté a un par de clases y Sopi fue sola (la venganza se sirve en un plato frío >:) ) y resulta que el chico se le acercó. Sopi es mucho más abierta que yo, por lo que, seguramente el chico se fijó más en ella que en mí. Quiso invitarla a caminar después de la clase, pero se negó con incomodidad y se fue.
Nos hizo sentir incómodas este chico, parecía que quería ir a este taller únicamente a levantar algo con sus dibujos y no a dibujar. Finalmente, fuimos juntas a la clase y este flaco también llegó. Pasamos todo el día charlando las dos, hasta que, veinte minutos antes de que la clase termine, él se da la vuelta (estaba sentado delante nuestro) y empieza a querer sacarnos charla, como no lo lograba, sacó sus dibujos para empezar alguna conversación, miraba los dibujos, pero intentaba no sonar tan interesada para no generarle interés, pero tampoco quería mostrarme tan fría como para que piense que lo envidio.
En un momento nos confiesa que no podrá seguir asistiendo al taller por sus horarios del trabajo, al principio no sabía si era cierto, hasta que se fue a hablar con la profesora sobre su noticia, ahí le creí.
Nos fuimos riéndonos y celebrando que no volveríamos a cruzarlo con sus intentos de chamuyarnos, pero luego pasó algo...
Sopi recibió mensajes suyos invitándola a salir, Sopi tiene novio, no sabía qué responderle y entonces, lo dejó en visto.
Curiosamente las clases empezaron a poner música después de su partida, sólo faltaba que haya un bonito arcoíris. Pero empezamos a sentirnos más cómodas y ya nos agrada más que antes el taller.
Ahora sí, quiero empezar a pintar paisajes de Studio Ghibli en acrílico, lápiz, digital, donde sea, quiero hacerlo.
En fin, esto ha sido todo por hoy, gracias por leer hasta acá :).
Salamelín~
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